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Protege a las guardianas del océano

Un símbolo del océano al borde del colapso

Las tortugas marinas inspiran ternura y asombro. Imaginarlas deslizándose con calma entre las olas de un mar cristalino es casi un símbolo de armonía natural. Pero la realidad que enfrentan está muy lejos de ser tranquila. Sus poblaciones están colapsando a causa de múltiples amenazas, y una de las más destructivas es la caza ilegal con fines comerciales.

Seis de las siete especies de tortugas marinas del mundo están amenazadas, y en algunos casos, su situación es crítica. Algunas especies apenas cuentan con unos pocos miles —e incluso cientos— de ejemplares en libertad. Este dramático declive no es casual: la acción humana ha puesto a estos animales al borde del abismo.

A diario, las tortugas marinas deben sortear un mar de peligros. Muchas mueren tras ingerir bolsas de plástico que confunden con alimento, otras quedan atrapadas en redes de pesca o residuos, y la destrucción de sus playas de anidación les impide reproducirse con éxito. El aumento de la temperatura en los océanos también está alterando su ciclo de vida. Pero entre todas estas amenazas, el comercio ilegal destaca como uno de los factores más letales.

En diversas regiones del planeta, estas criaturas siguen siendo perseguidas por su valor en el mercado negro. Sus caparazones se convierten en adornos, su carne y sus huevos se venden como manjares exóticos, y su piel incluso se utiliza en artículos de lujo. En algunos lugares, los platos elaborados con tortuga aún se consideran parte de la alta cocina, a pesar del daño que causan.

Según estimaciones recientes, más de un millón de tortugas marinas podrían haber sido sacrificadas en solo tres décadas. Esta cifra, tan impactante como real, muestra la urgencia de actuar.

En 2019, se dio un paso importante con la firma de un acuerdo global en el marco de la CITES, destinado a reforzar la protección de las tortugas marinas, sus hábitats y rutas migratorias. Fue un avance significativo, pero las amenazas no han desaparecido. Todos los días, estas especies siguen siendo víctimas del tráfico ilegal.

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